Hernia inguinal y femoral

La hernia inguinal, que aparece como una protuberancia o bulto en la ingle, fue representada en mármol por los antiguos griegos y referida en un papiro egipcio en el año 1500 a. C. La hernia es uno de los tributos que el hombre pagó a cambio de la bipedestación, por lo que es tan antigua como él mismo.

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Una hernia es un área de tejido que está débil o desgarrada. A menudo, cuando hay una hernia, otros tejidos que normalmente están sostenidos por la capa muscular dañada sobresalen a través del punto débil.

Las hernias pueden aparecer en distintas partes del cuerpo, cuando aparecen en la región inguinal se les llama hernias inguinales o femorales. Las hernias inguinales están un poco más arriba en la pelvis que las hernias femorales. Ambos tipos de hernias forman un saco que puede contener intestino o grasa (epiplón) que normalmente permanece dentro del área del estómago (cavidad abdominal).

La frecuencia de hernias inguinales en la población general es de alrededor de 15%, mientras que las hernias umbilicales es de 5%, y entre 12 y 15% de las cirugías abdominales donde se corta la aponeurosis tendrán la posibilidad de desarrollar una hernia incisional. Otros tipos de hernias, como las epigástricas, las de Spiegel y las lumbares, entre otras, se presentan en 3% de la población.

La hernia inguinal no solo se trata de un defecto en la pared abdominal, sino que conlleva un problema que afecta la estructura normal de los tejidos y su forma de cicatrizar. Por lo tanto, su manejo no debe ser confiado únicamente a los propios tejidos del paciente, sino que debe reforzare con algún material que supla la deficiencia de ellos. En la actualidad se utilizan materiales protésicos (mallas), para reemplazar el tejido propio debilitado o simplemente para reforzar los tejidos.

Las hernias inguinales cuando son pequeñas generalmente no causan síntomas, pero cuando se presentan generalmente incluyen:

  •  Sensación de pesadez o tirantez en la zona de la ingle
  •  Dolor intenso que empeora al esforzarse, levantar algo, toser o usar de alguna forma los músculos cercanos a la ingle
  •  Una protuberancia o "bolita" en la ingle

En la mayoría de los casos, se puede diagnosticar una hernia inguinal mediante la exploración física en el consultorio. Por lo general, al explorar la ingle, el contenido de la hernia se pueden “reducir” o empujar suavemente hacia adentro de la cavidad abdominal. Sin embargo, hay momentos en que la hernia queda en su sitio y no puede "reducirse".
En ocasiones puede ser necesario confirmar el diagnóstico con estudios de imagen (ultrasonido o tomografía).

Las hernias pueden ser muy dolorosas e incluso peligrosas si el tejido queda atrapado y no puede volver a la cavidad abdominal. Cuando esto ocurre, el tejido no recibe suficiente sangre y se daña o muere. Esto es más probable con hernias femorales que con hernias inguinales.

No todas las hernias necesitan tratamiento inmediato, deben ser revisadas por el cirujano para repararse de forma programada y revisar su estado de salud general.
El cirujano pueden reparar las hernias inguinales usando dos abordajes. La cirugía más conveniente para usted dependerá del tamaño de la hernia, si es la primera vez que esta es operada y de su estado de salud en general. Los dos tipos de cirugía son:

Cirugía abierta
Durante una cirugía abierta, se realiza una incisión de 5 cm cerca de la ingle, se explora los tejidos alrededor de la hernia y se regresa el contenido a su sitio (cavidad abdominal). A veces es necesario cortar tejido para reparar la hernia. A continuación, se sutura las capas de la pared abdominal para que ninguna estructura de la cavidad abdominal pueda salir por el mismo sitio. En la mayoría de los casos, se utiliza un material protésico (malla), la cual absorbe parte de la presión de la pared abdominal. De esa forma es menos probable que la hernia aparezca de nuevo.

Cirugía laparoscópica
En la cirugía laparoscópica, se realiza el mismo procedimiento descrito anteriormente pero a través de tres incisiones pequeñas en la piel, por las cuales se introducen pinzas largas y una cámara (llamado laparoscopio) la cual envía imágenes a una pantalla de televisión. En este abordaje también se utiliza una malla para la reparación de la hernia.

En ambos abordajes se utiliza malla, con la finalidad de realizar una reparación libre de tensión y disminuir las recidivas. El uso de mallas en la reparación de las hernias de pared rara vez causan complicaciones, si se presentan estas pueden ser:

  • Infecciones en el sitio donde se coloco la malla
  •  Adherencias intestinales
  •  Dolor crónico
  •  Seromas (acumulación de líquido "seroso" en la región inguinal)
  •  Hematomas (acumulación de sangre en el tejido por rotura de un vaso sanguíneo)
  •  Disminución de la distensibilidad inguinal
  •  Migración de la malla, recidivas tempranas o tardías

¿Cuándo consultar a un médico para valorar una hernia inguinal?

  • Si siente o ve un bulto en la ingle
  • Si presenta sensación de tirantez o dolor en la ingle, incluso si no tiene una protuberancia
  •  Si presenta náuseas, vómitos o fiebre junto con una hernia inguinal dolorosa
  •  Si la piel que cubre la hernia se torna de color rojo, púrpura, oscuro o cambia de color
  •  Cuando el contenido no se pueda reintroducir en el abdomen usando presión suave

Fuente:

  1. Mayagoitia JC. Hernias de la pared abdominal, tratamiento actual. Segunda Edición 2009 Editorial Alfil.
  2. UpToDate: Patient information: Inguinal and femoral (groin) hernias.

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