Hernia Umbilical

Una hernia umbilical ocurre cuando existe un punto débil o desgarro en la zona del ombligo. Cuando esta condición se presenta se observa una protuberancia o aumento de volumen en el ombligo que puede contener grasa o una porción de intestino.

La hernia umbilical constituye entre el 4 al 13% de las hernias de la pared abdominal y es muy frecuente sobre todo en personas mayores de 40 años. Puede presentarse como un problema desde el nacimiento, pero la mayoría (90%) se presentan en adultos de manera adquirida, por un cierre defectuoso de la cicatriz umbilical (ombligo) desde los primeros días del nacimiento. Este tipo de hernia es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.

Hernia de pared abdominal

Por su origen las hernias umbilicales se clasifican en congénitas y adquiridas

Las hernias umbilicales congénitas aparecen desde el nacimiento, se presentan en el 30 y 40% de los recién nacidos y aumenta su frecuencia en los bebés de bajo peso y en los prematuros. Las hernias umbilicales congénitas pueden cerrar espontáneamente en los primeros dos a cuatro años de vida; sin embargo, el cierre puede ser deficiente y manifestarse en la vida adulta como una hernia adquirida.

Las hernias umbilicales adquiridas se asocian con un incremento en la presión dentro del abdomen debido a la obesidad, embarazo o en pacientes con enfermedad hepática que presentan líquido dentro de la cavidad abdominal (ascitis).

Las hernias umbilicales adquiridas en el adulto se manifiestan como un aumento de volumen o protuberancia en el ombligo con cierto malestar y a veces dolor; Si se presiona suavemente el área puede "reducirse", es decir vuelve a la cavidad abdominal. La mayor parte de las veces es asintomática y puede ser visible desde su inicio, dependiendo de la complexión de la persona.

Las hernias umbilicales pueden crecer con el paso del tiempo y al hacerlo disminuyen las molestias, a menos que, por el aumento de tamaño permita el paso o introducción de intestino dentro del defecto herniario produciendo síntomas que pueden ser, desde malestar después de comer hasta cuadros de obstrucción intestinal si la hernia es muy grande.
Cuando la hernia crece, estirara la piel del ombligo y causa atrofia de la piel con mayor frecuencia que en las de otra parte de la pared abdominal. Esto sucede porque en el ombligo no hay una gran cantidad de grasa debajo de la piel que retarde este evento.

El tratamiento de la hernia umbilical congénita es observación durante los primeros cuatro años de vida, no se recomienda una cirugía porque en algunos pacientes puede cerrar espontáneamente o disminuir de tamaño. La recomendación para la madre solo es vigilancia, sin ningún otro procedimiento, no es recomendable usar sujetadores, vendajes, bragueros ni fajas, ya que dañan la piel umbilical y producen dolor. Después de los cuatro años de edad si la hernia no cerró debe considerarse la cirugía. En los pacientes mayores de 16 años de edad que presentan síntomas se recomienda la cirugía, empleando siempre un material protésico (malla).

La hernia umbilical se puede operar por cirugía abierta o por invasión mínima (laparoscopia). El cirujano determinará cuál es el mejor abordaje para reparar la hernia tomando en cuenta el estado de salud del paciente y el tamaño de la hernia.

En la cirugía abierta se realiza una incisión en el ombligo donde se exponen los tejidos alrededor de la hernia y se regresa el contenido a la cavidad abdominal. Generalmente se utiliza un material protésico (malla) para reforzar el cierre del defecto en la pared abdominal, de esta forma es menos probable que la hernia aparezca de nuevo.
Cuando el abordaje de elección es por laparoscopía (invasión mínima), se realiza el mismo procedimiento descrito anteriormente pero a través de incisiones pequeñas en la piel, por las cuales se introducen pinzas largas y una cámara (llamado laparoscopio) la cual envía imágenes a una pantalla de televisión y guía los movimientos del cirujano, en este abordaje también se utiliza una malla para la reparación de la hernia.

¿Cuándo consultar a un cirujano para valorar una hernia umbilical?

• Si siente o ve un aumento de volumen en el ombligo
• Si presenta náuseas, vómitos o fiebre junto con una hernia umbilical dolorosa
• Si la piel que cubre la hernia se torna de color rojo, púrpura, oscuro o cambia de color
• Cuando el contenido no se pueda reintroducir en el abdomen usando presión suave
• Cuando un paciente con hernia umbilical tenga asociada una enfermedad hepática (cirrosis) y/o alteración en el funcionamiento del riñón (insuficiencia renal).

Fuente:

  1. Mayagoitia JC. Hernias de la pared abdominal, tratamiento actual. Capítulo 42: Hernia umbilical. Segunda Edición 2009; Editorial Alfil.
  2.  Imagen de UpToDate: Overview of abdominal wall hernias in adults.

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